lunes, 19 de septiembre de 2011

Rascacielos Prisión

En el primer sueño, yo era mi misma persona (muchas veces sueño que soy otro ser), y estaba encerrado en una especie de lujoso rascacielos, del que constantemente intentaba salir pero no había manera.

Dentro del edificio, empece a recorrer todo lo que pude para salir y tenia la sensación de no pertenecer ahí, como si me hubiera colado o me hubieran encerrado, pero el caso es que era muy incomodo. Sin embargo me movía con libertad, intentando que no me vieran, y al poco en una especie de teatro me junte con mas personas en mi misma situación. Entre ellas había un niño pequeño que no me despertaba mas que compasión y pena. Lo lleve conmigo un tiempo para que no le pasara nada hasta que me di cuenta de que los demás ya habían escapado y no sabia por donde o como. Mas tarde caí en la cuenta de que el muchacho llevaba mucho tiempo muerto y era un fantasma momento en el que dejo de aparecer.

Cada vez mas desesperado conseguí acceder a unos ascensores, pero eran automáticos, y no podía decidir a donde quería que me llevasen. Tengo que decir que no me gustan mucho los ascensores, prefiero las escaleras, hacer algo de ejercicio y controlar tu movimiento, antes de encerrarte en una jaula metálica colgando de una cuerda y moviéndose por un túnel, pero no les tengo pánico, es solo que prefiero las escaleras.

El caso fue que el ascensor me paraba en plantas en las que había guardias y tenia que evitar que me vieran. Creo que el ascensor oscilaba o algo por el estilo por que recuerdo una angustiante sensación de vértigo constante. Finalmente llegue a una planta muy alta, muy muy alta, podría se un piso 100, por que pese a que no tengo especial miedo a las alturas, si es cierto que algo de vértigo si que me producen, y en el sueño estaba muy amplificado.

En esta planta, en la que solo había unos 5 metros cuadrados de suelo, ninguna pared, un techo bajo y el suelo estaba compuesto por placas metálicas móviles que subían o bajaban, luche por no caerme y pese a que cada vez la situación se ponía peor y ya no conseguía entrar de nuevo en el ascensor, para mi sorpresa apareció una antigua compañera de mis años en Carrefour, Lorena de Jardín (a la que no veo desde hará mas de 6 años, así son los sueños, que revuelven en tu memoria y hacen como mi abuelo, batidora). Ella era algo así como la encargada de mantenimiento y limpieza de los ascensores y era la única que podía manipularlos. Pese a estar en una situación altamente desafiante para la vida humana, ella estaba acostumbrada y no solo no se caía por las partes del suelo móviles si no que parecía saber el patrón de movimiento que tenían, y los manejaba con soltura. Sin hacerme mucho caso, se apiado de mi, y me ayudo a entrar en el ascensor, al que ordeno subir a la planta final, y cuando con su ayuda entre y al poco se volvieron a abrir las puertas, descubrí que estaba en la superficie, al nivel del suelo, así que el rascacielos de 100 plantas era subterráneo. Esto me perturbo bastante, pero sin vacilar un instante empece a correr y descubrí que estaba literalmente en Coslada, donde solía jugar de pequeño, zona que ahora es el recinto ferial, en breve sera un corte ingles y casi justo donde trabajo actualmente. Pero en el sueño aun no había nada de esto, y al igual que en mi infancia era todo campo, solo que ademas había pequeñas montañas de terreno, que era donde me encontraba.

Comencé a recorrerlas, escalando en ocasiones por que eran muy escarpadas y de repente supe que había algo persiguiéndome, algo del tamaño de una persona pero no humano, que se desplazaba a cuatro patas. Empezaba a oscurecer y arete el paso dirigiéndome a la ciudad, pero con una satisfacción enorme por haber conseguido escapar del edificio, y con la seguridad de que sin importar como iba a conseguir regresar a casa.

Y justo entonces me desperté, a las 4 de la mañana emocionado y orgulloso, y con la alegría de haber tenido un sueño extraño, claustrofóbico, tenso y, todo hay que decirlo, lleno de aventuras, por primera vez en mucho tiempo. Y como era todavía mitad de la noche, dormí de nuevo y para mi sorpresa Morfeo me obsequió con otra ensoñación mas.

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