Dirección: Yasunao Aoki, Sayaka Koiso, Sachiko Sugimoto, Tachibana Kayo, Yoshihito Hishinuma
Demografía: shonen
Naraku casi ha completado la Esfera y el grupo de Inuyasha lo persigue cada vez con más desesperación, pues el tiempo se les acaba. Los sentimientos se intensifican y no hay ya espacio para dudas, sólo pueden seguir hacia delante hasta la épica batalla final donde todos tienen un papel decisivo…
En 2009 los seguidores de Inuyasha se encontraron con que les había tocado la lotería: después de seis años, el estudio Sunrise se había decidido a adaptar el resto de la obra de Rumiko Takahashi, por medio de una serie-secuela de 26 capítulos que llamaron Kanketsu-Hen o Acto Final. Esta segunda parte abarcaría los volúmenes del manga desde el 36 al 56 y daría la historia por cerrada.
Esta adaptación, al contrario que la anterior, es bastante concentrada pues hay pocos capítulos para contar muchas cosas, así que la historia tiene una gran intensidad. La trama avanza rápidamente con giros continuos y el suspense aumenta conforme avanza, con pocos momentos de respiro y las emociones a flor de piel. Lo mejor de esto es que la luz al final del túnel llega pronto, pero después de un viaje tan largo queda la ligera sensación de que la victoria sabe a poco.
La animación en esta ocasión está un poco más lograda que en la otra serie (han pasado cinco años, no es una exageración pero se nota, sobre todo en los fondos) y mantiene su magnífica banda sonora. Del doblaje no puedo decir mucho porque estaba más concentrada en los subtítulos, aunque la voz original de Inuyasha personalmente me ha gustado menos que la española; espero que se decidan a licenciarla aquí con el mismo equipo de actores y esta vez hagan una buena traducción.
Lo mejor
El cuadrilátero Kikyo/Inuyasha/Kagome/Koga se resuelve en los primeros episodios y de una sola vez, cosa que me hizo dar saltos de alegría… después de secarme las lagrimitas.
El ¡siéntate! de Kagome se reduce bastante, muestra del progreso en la relación entre Inuyasha y ella, más madura.
También es más madura la relación entre Miroku y Sango, notándose cada vez más comprometidos.
La resolución de la historia de Kohaku, el hermano de Sango, es conmovedora e inmejorable.
El clímax final es lo más emocionante y romántico que he visto en mucho tiempo.
Lo peor
Sí, el final es cerrado… pero tanto tiempo esperando lo que tiene que pasar entre Inuyasha y Kagome y nos lo apañan en dos minutos… no hay derecho.
Conclusión
Una buena serie, aunque algo corta y demasiado rápida comparada con la anterior, pero eso no desmerece en absoluto el resultado. Un broche de oro para una gran obra.
Mi puntuación: 8,5
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